lunes, 27 de diciembre de 2010

Un buen trabajo


El 30 de noviembre se vivió un momento muy especial en Parcuellos de Jarama, localidad madrileña en la que resido actualmente. En la Biblioteca Municipal tuvo lugar la presentación de un libro sobre el municipio. Dicho evento corría a cargo de Juan Ramón Lucas, antiguo vecino de este pueblo y director del programa "En días como hoy" de RNE.
El proyecto empezó hace unos años cuando, reunidos algunos vecinos, decidieron buscar y rebuscar curiosidades sobre el lugar en el que vivían con sus familias. Indagando en archivos y hemerotecas, encontraron tanto material interesante que decidieron escribir un libro donde se recogería esa información.
El trabajo, totalmente altruista, de todos ellos ha tenido su recompensa y ese libro se titula "ENCONTRANDO A PARACUELLOS DE JARAMA".
En él se pueden descubrir todas las personajes famosos que vivieron en este municipio como el mismo Juan Ramón Lucas o Alejandro Amenabar, entre otros. Muestra fotografías de los hermosos atardeceres que se contemplan desde el pueblo, cuando el sol se esconde detrás de la ciudad que Paracuellos tiene a sus pies, Madrid. Se pueden leer anécdotas, cartas, poemas y cuentos escritos por algunos de los abuelos que pasean por sus calles. Nos habla de la variedad de fauna y flora que puebla este lugar y muchas cosas más.
Días y días de trabajo, de búsqueda, de escribir y transcribir, recopilar y maquetar, fines de semana en los que abandonaron otros quehaceres para dedicarnos su tiempo con tanta generosidad, ha dado como fruto este libro que intenta recoger todo lo que fue y es Paracuellos de Jarama.
Mi agradecimiento a los autores por tanta información.

El libro está a la venta en la propia sede de la Concejalía de Participación Ciudadana (Plaza Constitución, primera planta, de 8:00 a 15:00 horas), y en las papelerías del casco urbano: NS2003, de la calle Real de Burgos, y Etcétera, del Callejón de la Iglesia; y en el centro comercial Miramadrid, en la papelería Folder. El precio es de 15 euros.

domingo, 26 de diciembre de 2010

En mi afán de saber...



Los días 27 y 28 de noviembre probé una nueva experiencia. Asistí a un taller de ilustración que organizó Ilustrarte en Madrid e impartió, ni más ni menos que Emilio Urberuaga. Rodeada de ilustradores, de creatividad y de ese lenguaje en imágenes en el que sólo ellos pueden narrar, pasé aquél fin de semana. Lo bueno de ese taller es que aprendí muchas cosas y conocí gente muy buena en lo suyo. Lo malo es que me quedé con ganas de aprender muchas más y descubrí lo difícil que es contar como cuenta un ilustrador.
Me pregunté mil veces ¿qué pintaba yo allí? Llegué a la conclusión de que pintar, lo que se dice pintar era una de mis limitaciones.
Me ocurre que, además de cuentista, siempre he sido lo que se viene a llamar una "catacaldos" y eso me ha hecho disfrutar de un montón de momentos inolvidables y conocer gente maravillosa, como en esta ocasión.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Te doy mi palabra: "EL GRITO" de Usera

Te doy mi palabra: "EL GRITO" de Usera

"EL GRITO" de Usera

El 25 de noviembre estuve actuando el "El Grito". Es un bar del madrileño barrio de Usera, donde todos los jueves se cuenta y se cuece algo. Sin suplemento de ningún tipo y por el módico precio de una cerveza o un refresco, ese local se llena hasta arriba de gente dispuesta a escuchar. En su mayoría es gente joven que valora lo que se le ofrece en la calle Isabelita Usera 73.
El que allí cuenta se ve acogido por un público cálido, respetuoso y generoso donde los haya, con ganas de pasarlo bien y de vibrar con las historias. Te ganan nada más subir a escenario.
Los dueños del bar junto con Ventura, Tío Tizo y los incondicionales, que son muchos, cuidan y miman a los que por allí pasamos. Me fui con el buen sabor de boca que deja su queimada, pero sobre todo, con las buenas vibraciones que deja su público.
Un saludo a todos y gracias.

domingo, 12 de diciembre de 2010

CONTAR ENTRE AMIGOS DEL TEATRO


Hasta Cuenca me llevaron los cuentos la noche del 19 de noviembre.
Conté entre amigos. Al menos, eso me hicieron sentir los asistentes a la sesión que convocó la asociación "Amigos del Teatro".
Serían las nueve y media cuando llegué a casa de Paula Carbonell (¡qué buena gente es mi Paula!). Íbamos bien de tiempo, desde allí al Auditorio no se tarda demasiado. Julio conducía y compartimos unas risas hablando de adolescentes, revoluciones hormonales y cosas por el estilo (en este momento de mi vida me encuentro muy cercana a ellos, más bien vivo rodeada de ellos y ando muy sensibilizada con el tema).
Aparcamos junto al Auditorio, a orillas del Huecar. La noche estaba fresquita (no esperaba menos de Cuenca en esas fechas) pero no llovía. Nada más descender del coche cerré los ojos un instante, quería escuchar el correr del río... ¡menuda bienvenida musical! Al abrirlos, pude disfrutar de esa luz de misterio que envuelve la ciudad cuando la miras desde abajo. Es una luz amarilla, envejecida, que a veces resbala y a veces trepa por la enorme roca sobre la que se levantan las casas.
La sesión se celebraba en la cafetería del Auditorio que, con sus grandes cristaleras, me permitía seguir disfrutando de ese mágico enclave.
Cena, cuentos y amigos que me concedieron el honor de dejar mi palabra en Cuenca.
Gracias a todos los que me acompañásteis hasta tan tarde, a Paula y a Ángel por llevarme hasta allí, a Julio siempre solícito a ayudar, a Lucas porque es encantador ver cómo se ocupa y se preocupa y a Gus por cederme el final de su cumpleaños. No puedo salir de esta entrada sin pedir también disculpas al pequeño que esperó, muerto de sueño, nuestro regreso con la paciencia de un chico grande.